Cádiz. Aires difíciles.... comida fantástica (I)

Efectivamente, esto que veis son tortillas de camarones. Fueron las primeras (acabarían convirtiéndose en obligada tapa diaria) y para algunos (no fue mi caso) fueron las mejores que probamos en el viaje de una semana por la costa gaditana. Las de la foto las degustamos 'La Torre', en la playa del Palmar de Vejer, una suerte de restaurante-chiringuito donde fuímos a parar el segundo día y que recomiendo encarecidamente. Además dimos cuenta de otras cosas tan apetecibles como éstas:

Albóndigas de calamar y sepia con almejas y salsa de gamba. Realmente ricas

Fritura de pescado. Muy buena

Dorada a la brasa. Buena también

Morrillo de atún.... Sin palabras... reconozco que después de este viaje (y eso que no estábamos en temporada) se me va a hacer muy difícil volver a pedir atún en cualquier restaurante que no sea de Cádiz o su provincia. Casi cada día probé platos diferentes de partes diferentes de este pez y la mayoría de las veces acabé encantado.

Como en Cádiz quien manda es Eolo y además soplaba de Levante, pues al día siguiente nos olvidamos de la playa y enfilamos nuestros autos hacia la espléndida Sierra de Grazalema y en el pueblo que le da nombre nos sentamos a la mesa para disfrutar del espléndido queso Payoyo o de este Revuelto de Tagaminas (una especie de borrajas) que también estaba muy rico

Estos entrantes los tomamos como tapas en el restaurante Cadiz el Chico, donde nos inclinamos por el menú de la casa. En mi caso opté por una Sopa (u olla, ya no recuerdo) de Grazalema pero el caldo lamentablemente era muy claro y el jamón con el que se había elaborado dejaba un sabor demasiado rancio... lástima

De segundo, lo tuve claro, gustándome la carne de caza y siendo un cervecero más que reconocido no podía resistirme a pedir un Venado a la cerveza. Estaba muy bueno pero lo esperaba más contundente.... supongo que estaría elaborado con Cruzcampo (ya sabéis mi opinión sobre este producto) porque en la salsa no supe apreciar el sabor de ninguna birra

Un descubrimiento fue el vino con el que acompañamos la comida, este fabuloso tinto del terreno, de nombre Barbazul y que a pesar de sus 14.5 º entraba la mar de bien.

Habría más vinos en el viaje y muchos otros platos.... pronto os los cuento